¡Dios mío y Señor mío!
Te doy gracias por todos los beneficios que me has concedido el día de hoy, por haberme creado, redimido y llamado a la FE en CRISTO. Por haberme librado de peligros de alma y de cuerpo.
Te pido perdón por todas las faltas que he cometido durante este día, me duele de todo corazón haberte ofendido, propongo
enmendarme y no pecar más.